Generación X

Hay muy pocas cosas en esta vida de las que realmente me siento orgullosa, una de ellas es de la personita que escribío estas líneas.
Hablo con orgullo de madre, de profesora y sobre todo de amiga.

Abro los ojos y me descubro sola en este espacio.
Mi habitación, lugar desconocido que no ha sido de color rosa
desde que mi tutú hacia juego con él.
Ya no estan las mariposas que pinte aquella vez.
Las estrellas forsforecentes están rotas y no brillan.
Los garabatos y plastilinas ya quedaron en el olvido
y mis juguetes de aquel entonces
regados en el suelo están.
Se supone que aprendí a crecer.
Se supone que me obligué a madurar.
Y ya no tengo más una casita
no tomo el té,
no juego más.
Es difícil descubrir que sí puedo volver a reírme
carjaquear cual campanillas
con su tintineo blanco y de cristal.
Sueño con volver a disfrutar
el sonido de las risas inocentes..
que al ser Julieta y tú Romeo
incrementaban más y más.
Toma los crayones,
el rosa y el morado
y píntame un cielo infinito
que me ayude a retornar.
Hoy quiero volver.
Hoy quiero cantar.
Y que al cantar
no se derrumbe mi castillo encantado,
el castillo de naipes apilados en la mesa,
esos que tanto luche por armar.
Pues hoy a aprendí a crecer,
hoy aprendí a madurar,
hablar cuando se debe,
y a esconder mis lágrimas al llorar.
Hoy quiero volver.
Quiero volver a jugar.


Acostumbrarse al presente es un dilema.